Crítica en MASTEATRO

Crítica en MASTEATRO de C'EST LA VIE de bricAbrac Teatro

UN PRINCIPIO CÁNDIDO “Cuando se la visita en el camerino, la actriz sigue sin perder la risa tras la función y sus ojos siguen ametralleteando de ilusión a quien los mira. Ella afirma que se lo pasa genial tras el maratón en el que acabamos de verla, y que si no es así, no tiene razón de ser lo que acaba de hacer, que todo es jugar… “ Así escribía yo sobre Elena Bolaños cuando vi en junio del pasado año su “Insomnio, ne me quite pas el sueño“, segunda parte de la historia de Irenita. La sensación al ver el germen sigue siendo la misma. Una vez terminado el caramelo de función, Elena Bolaños sigue sonriendo, y defendiendo, resolutiva, su “Viva el Teatro” como respuesta final.“C’est la vie: el principio fue muy duro” relaja. Son esas funciones para descansar en la butaca, para reposar, reír, sonreír y comprobar que, durante una hora, en un espacio prácticamente vacío, una actriz inventa historias y el personaje que las interpreta las multiplica por diez. Las anécdotas que inventa Bolaños pertenecen a todos nosotros, de ahí la rápida conexión el público y que, al reelaborarlas con alto sentido del humor, la carcajada espontánea está garantizada. Ella conoce por dónde llevar el cuento y por dónde llevar al público a partir de un “érase una vez niña con ilusiones y desilusiones.” Insomnio, según comenta la actriz, es más pertinaz, más directa, y en esta primera parte, sin dejar de ser como ya la califiqué “incombustible, atleta”, la actriz apuesta porque la candidez sea la nota imperante.Ayer asistimos a un flash back escénico al descubrir el por qué de lo que le ocurre a la Irene adulta en Insomnio. Les animo a que no se pierdan el “principio”, pero, aunque vean pasado o presente o viceversa, el orden no altera la calidad del producto: la sensación es igualmente positiva, simpática y de un trabajo actoral singular en la escena cómica hispalense.

Crítica en MODERNÍCOLAS

Crítica de C'EST LA VIE de bricAbrac Teatro en MODERNÍCOLAS

Crítica en MODERNÍCOLAS. LA NIÑITA EXCÉNTRICA QUE SE CONVIERTE EN PAPA DEL 2000 La actuación estaba programada para las 20.00 horas en la Sala Espaciu. Diez minutos después de esa hora me encontraba en el mundo imaginario de Irenita, una rosada niña caprichosa de nueve años interpretada por Elena Bolaños. Castigada por su madre, Irenita se encierra en su habitación y comienza un viaje imaginario delante de un público “ficticio”. Allí, todo lo que toca parecía convertirse en otra cosa ante nuestros ojos: un peluche se transforma en un premio Nobel y ella misma transmutó para convertirse en una cirujana plástica amiga de grandes celebridades, una poetisa e incluso la Santísima Papa de los años dos mil. La obra, con poca escenografía y un mínimo reparto, sacó al público de su adultez y le recordó, entre bailes y humor, esa frase que tanto dijimos cuando éramos niños: “yo no quiero ser mayor”. De hecho, el texto (con 18 reconocimientos en su haber y más de 100 funciones realizadas) estaba marcado por la nostalgia por la niñez y el peterpanismo, que se iba desenvolviendo con chispa entre carcajada y carcajada -a pesar de que ciertos gags resultasen un tanto tópicos-. La interpretación de Elena Bolaños, muy conseguida y natural, hacía que pareciese facilísimo meterse en la piel y el cerebro de Irenita configurando, con esto y con todo, una obra realmente original y muy recomendable que cumplió con lo que prometía: entretener y hacer reír a quienes habíamos salido de casa con el fin de pasar un buen rato en esta semana de eternos domingos. Manu Navarro – 09/12/2011 – Galería de fotos de Manu Navarro

Entrevista en Marbella TV

Entrevista de Elena Bolaños de bricAbrac Teatro de la obra C'EST LA VIE en Marbella TV

Entrevista de Elena Bolaños en Marbella TV sobre la obra C´EST LA VIE de la compañía bricAbrac Teatro (www.bricabracteatro.com) en Málaga.

Crítica en la revista LA CENITAL

Crítica en la revista LA CENITAL de C'EST LA VIE de bricAbrac Teatro

Aterriza en Málaga bricAbrac Teatro y lo hace a lo grande, con su espectáculo C`est la vie, el principio…muy duro, que programa Espaciu, el jueves 8 de diciembre a las 20 horas.

Más de un centenar de funciones avalan la propuesta, que fue estrenada en 2005, como primera producción de la compañía. Desde entonces, C´est la vie ha cosechado prácticamente una veintena de premios, ha poblado las carteleras de festivales de todo el país y ha salido, temporada tras temporada, en gira nacional para atesorar el aplauso de público y crítica. La propuesta mide cuánta ternura, diversión, fantasía, poesía caben en una hora, que es lo que dura el espectáculo: una niña en la preadolescencia llega a esa encrucijada en la que ha de decidir por sí misma, ese fundamental paso hacia la madurez. Situaciones delirantes que devolverá al espectador unos años atrás, cuando aún preservaba la ingenuidad en la mirada y el mundo brillaba con colores más vivos. Diriga por Alberto Roldan, Elena Bolaños, única intérprete del reparto y autora de los textos, ha recibido por C´est la vie innumerables premios a la mejor actriz. Sola en escena, demuestra que el teatro pertenece a los únicos que puede pertenecer: a los actores y al público. A los actores y actrices que se fajan en el oficio como una artesanía y profesan sobre las tablas una fe sincera, y del público que se rinde a tanta verdad y, en su caso además, a tanta carcajada llena de luz. BricAbrac comenzó con C´est la vie, el principio… muy duro una afortunada trayectoria que, en muy pocos años, la ha situado como referencia en el panorama teatral andaluz.

Aquí no hay trampas ni cartón: nada de padrinos ni varitas mágicas. El tesón y el amor al trabajo bien hecho, la entrega sin condiciones y el ardor necesario para no sucumbir a esta extraña época que hace sentir a sus artistas como hijos bastardos. Y como no sólo de C´est la vie vive briAbrac, en 2008, la compañía estrenó Mundo Poubelle, que también recaudó algún galardón, y Las Queen de la playa, un espectáculo que, a día de hoy, cuenta con dos versiones: para sala y calle. Por último, en 2010 estrenaron Insomnio, Ne me quitte pas el Sueño, que le ha valido el Premio del Público y Premio a la Mejor Actriz en el XXIX Festival Nacional de Teatro de Vegas Bajas. Elena Bolaños y Matthieu Berthelot son los padres de la criatura. Ambos forman bricAbrac Teatro, una dupla que armoniza gestión y creación con una sensatez y un brillo francamente envidiables. Representan esa forma nueva de compañía teatral: joven, humilde, talentosa y con una claridad de ideas fundamental. Gente así y apuestas como estas garantizan la renovación del tejido teatral andaluz, así como un aliciente para que el público, cada vez más reacio, vuelva a demandar sus butacas en las salas y teatros.

Crítica en LaTeatral

Crítica de C'EST LA VIE de bricAbrac Teatro en LaTeatral

Crítica en LaTeatral BRICABRAC JASP: Jóvenes aunque sobradamente persistentes bricAbrac Teatro no para de trabajar. Esta compañía SEVILLANA con solo 5 añitos ya está pensando en su quinto espectáculo, preparando la fiesta de sus 100 funciones de su primera obra y haciendo montajes a encargo con su desdoblada empresa BricAbrac Producciones sl. ¿Pero quiénes son BricAbrac? ¿de dónde vienen? ¿por qué el nombre en francés? ¿y por qué gustan tanto? BricAbrac Teatro es la empresa compañía de teatro formada por una sevillana y un francés, Elena Bolaños (1979) y Matthieu Berthelot (1977). Se conocieron en Sevilla en el año 2004. Él trabajaba como fotógrafo y diseñador web y ella hacía sus pinitos en el escenario. Surgió la química escénica entre ambos y montaron compañía. El nombre, para compensar la unión de culturas, para conseguir sin proponérselo la tan buscada paridad, surgió en Francia, de visita por los mercadillos franceses (algo así como el Rastro de Madrid), pero que allí se llama “bric a brac”. De repente, se sintieron identificados con esa mezcla de cachibaches curiosos. Así que el nombre es toda una declaración de intenciones: “Sí, lo que nosotros queríamos crear con bricAbrac Teatro era una diversidad de temas o lenguajes… con el objetivo de mostrar las diferentes inquietudes artísticas que tenemos, por un lado se unía la fotografía y el diseño gráfico, profesiones de Mateo y su dedicación y amor a la música, y por otro lado mi pasión por la escritura y mi profesión de actriz”, me comenta Elena. Así que oficialmente se crea la compañía en septiembre de 2005 con el estreno de su primera obra, “C ́est la vie”, escrita e interpretada en solitario por Elena Bolaños y con música de Matthieu Berthelot. Toda una sorpresa para la escena teatral, con la que ganaron el concurso de nuevas tendencias teatrales “Simulacro 07”, ahora llamado “Scena Simulacro” y el Premio a la Mejor Música del Certamen de Sevilla Joven 2006. Con esta obra llevan casi 100 funciones por toda España, y de hecho tienen la intención de celebrar los 100 bolos con una enorme fiesta, porque no es fácil llegar a este número de funciones. Sobre todo si tenemos en cuenta que en estos 5 años han estrenado otras 2 producciones, que actualmente también están en gira: “Mundo Poubelle” y “Las Queens de la playa”.

Crítica de C’EST LA VIE en VOZ EMERITA

Crítica de C'EST LA VIE en VOZ EMERITA

C’EST LA VIE – Crítica en VOZ EMERITA El teatro modesto también da la talla A veces uno va al teatro sin saber lo que le espera y se encuentra con bodrios infumables, y al terminar piensa en por qué no se habrá informado antes. En otras ocasiones, las menos, uno va al teatro sin saber lo que le espera y sale con una sonrisa dibujada en los labios, con la sorpresa amarrada en el alma y con la seguridad de haber visto algo que merece la pena. Éste último es el caso de C’est la vie, el alegre y tierno espectáculo de la compañía Sevillana bricAbrac Teatro presentado el viernes en la Sala Trajano. Porque la mayoría de los escasos espectadores que se acercaron a ver este monólogo no sabía que se trataba de una producción con dos años de rodaje que ha recibido varios galardones por su originalidad (Simulacro 07, Festival Toledo Escena Abierta, Festival de Teatro Villa de Burguillos…) en la que destaca sobremanera la interpretación de Elena Bolaños. La historia parte de un planteamiento muy sencillo. Irenita, una niña de 9 años, está enfadada con su madre, que le obliga a ponerse trajes “de repollo” y quiere que de mayor sea abogada. A partir de ahí empieza lo bueno. La niña inicia un viaje delirante en el que se plantea qué quiere ser ella en el futuro, y con una imaginación desbordante se imagina a sí misma triunfando como cantante y cirujana plástica, como pastelera y profesora, enviada de Dios… al tiempo que organiza con su teléfono móvil su décimo cumpleaños, que celebrará en mayo aunque sea en agosto. El espectáculo se convierte así en un viaje al interior de la mente de una niña en el que el espectador cae en la cuenta, entre otras cosas, de que los niños son niños, pero no idiotas. Y de que se enteran de todo lo que ocurre a su alrededor aunque a veces no lo parezca o los mayores no nos queramos dar cuenta. El texto también destaca por su originalidad y sus referencias actuales. Porque Irenita es una niña moderna e informada, y lo mismo habla de Beyoncé y Ana Rosa que de los niños saharauis que pasan los veranos en nuestro país. Todo ello con un toque absurdo y delirante en ocasiones que nos recuerda que la protagonista, a pesar de sus sueños e ilusiones, no deja de ser una niña de 9 años, llena de las ilusiones y contradicciones propias de su edad. Y sí, es una comedia que arranca una y otra vez sinceras carcajadas de un público entregado desde el primer momento. Pero el argumento tampoco elude la crítica social y situaciones más duras, y así vemos a la protagonista enfrentándose al desmoronamiento de su familia, con sus padres cada vez más alejados y la sombra del divorcio planeando sobre ella. No es lo único. Irenita también recuerda el último día que vio a su abuelo, el momento en que dejó de reconocerla y fue internado en una residencia hasta que murió. La religión, el mundo de los famosos, la pederastia en el clero… son otros de los temas que la niña aborda desde su peculiar punto de vista, crítico e inocente al mismo tiempo. La obra tiene buen ritmo a pesar de la excesivamente larga escena de la discoteca, el único momento en el que el espectador tiene la tentación de salir de la obra. A cambio, la escena en la que se confiesa, sentada en el suelo, con un cesto tapando su cabeza, es espectacularmente buena y despierta al más dormido. Un capítulo propio merece Elena Bolaños, la protagonista y además responsable del texto. Durante casi una hora la actriz se enfrenta en solitario al público, consigue llenar el escenario y hace que durante muchos minutos los espectadores se olviden de todo y se concentren en su rostro, en sus gestos alocados, en su mirada desconcertada. Algo que no es poco en los tiempos que corren y que el público recompensó con una cerrada ovación al acabar el espectáculo que se prolongó varios minutos. C’est la vie es, en suma, uno de esos trabajos que a uno le reconcilian con el teatro independiente, con las compañías modestas, que de esta forma demuestran que se puede hacer buen teatro con pocos medios y que no todo es cuestión de dinero. Porque el talento no se puede comprar.

Crítica en RAZA BECARIA – Blog de LA SEXTA.ES

Crítica de C'EST LA VIE de bricAbrac Teatro en RAZA BECARIA – Blog de LA SEXTA.ES

Crítica en RAZA BECARIA – Blog de LA SEXTA.ES En cartel: C ́est la vie […] “C ́est la vie“: un biombo rosa, una mesita rosa, un perchero rosa, un cesto para la ropa rosa y un par de peluches. Mientras los espectadores buscaban sus asientos, sonaba de fondo “El barquito de cáscara de nuez” […]. Después se apagaron las luces y entró en escena la única actriz de la obra -Elena Bolaños-, quejándose de que le aprieta el elástico de las mangas de su vestido, bufando porque odia los pololos, y confesando – indignadísima- que a su vecina (más pequeña que ella) su madre ya le compra la ropa en el Bershka. El personaje de Irenita tiene nueve años y disfruta imaginando su futuro, en el que siempre aparece como una auténtica triunfadora: siendo la primera mujer Papa, ganando un Príncipe de Asturias o convirtiéndose en la mejor cirujana plástica del universo. Esa confianza desmesurada e inconsciente es la que le lleva a preguntarse: ¿Cómo me comportaré cuando sea famosa? Porque con esa edad, cualquiera da por hecho que va a triunfar en la vida. No te voy a mentir, durante los tres primeros minutos yo sólo podía ver a una mujer travestida de niña, porque la magia del teatro no es instantánea… Pero pasados esos momentos de desconfianza y levantamiento de ceja inicial, uno entra rápidamente en el juego y se deja engatusar por una chica dicharachera, imaginativa, expresiva y divertida que se toma a sí misma muy en serio… y a los demás, no tanto. “C ́est la vie” es una obra más que recomendable. Tiene ritmo, un texto inteligente, muchos toques de humor (brillantes las conversaciones imaginarias entre Irenita y Jean Paul Gaultier), y una actuación repleta de detalles gestuales. Me lo pasé muy bien. Estará en Madrid hasta el 7 de septiembre, y después la compañía bricAbrac vuelve a su Sevilla natal… pero antes pasarán por Badajoz. RAZA BECARIA de Ana BOYERO – Blog de la SEXTA.ES – 02 de septiembre 2008

Crítica en Notodo

Crítica de C'EST LA VIE de bricAbrac Teatro en Notodo

La comedia C’est la vie vuelve a la madrileña Sala Triángulo – Notodo ¡Qué alegrías nos da (a veces) el teatro independiente! Qué bien cuando te encuentras con un montaje que suple las limitaciones de medios con imaginación y ganas. Cuatro cosillas de atrezzo, un buen libreto y actores con entusiasmo y talento; no se necesita más para que el público salga un poco más feliz de lo que entró. Hablamos de C’est la vie, una obra deliciosa de la compañía sevillana bricAbrac, que vuelve a recalar en los madriles y que viene avalada por un puñado de galardones entre otros, ganadora de Simulacro 07, II Concurso de Nuevas Tendencias Teatrales convocado por el FIB y la Sala Triángulo. La protagonista única de este monólogo es la niña Irenita, que tras un berrinche con su madre se encierra en su habitación y en su mundo de tribulaciones, fantasías y paranoias infantiles. C’est la vie se acerca de una forma sencilla, divertida y tremendamente imaginativa, sin ningún afán de ponerse trascendente, a la percepción que los niños tienen de la vida. Y ocurre que el espectador puede ver la situación desde un doble ángulo: por una parte, desde el punto de vista de Irenita, porque todos hemos sido críos y nos reconoceremos en muchas de sus ocurrencias. Y por otra, como los adultos que se supone somos, dándonos cuenta de hasta qué punto no entendemos a la gente pequeña y damos por hecho que no se entera de nada de lo que ocurre a su alrededor. Irenita está en ese momento en el que ya te rebelas contra ciertas cosas (los vestidos de repollo que tu madre te pone, el futuro que los mayores imaginan para ti) y en el que puedes entender que tu abuelo ha muerto o que tus padres ya no se quieren… claro que todo pasado por el tamiz de esa candidez propia de la infancia, que desaparece sin dejar rastro cuando menos te lo esperas. Elena Bolaños se revela como una actriz de múltiples registros, capaz de llevar ella solita el peso de esta pequeña maravilla escénica y de hacernos reír con sus cosas del cole, de las amigas o de sus muy duros comienzos en el mundo del espectáculo, de la cirugía o de lo que se tercie.